Saint Anthony´s College
2do. año - Lengua- Utopía
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Relatos oníricos
Estrellados
Por Julieta Fabris, Caterina Marchese y Juana Vazquez
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Ni bien pudieron engañar al encargado de la seguridad, pasaron de una caminata tranquila a correr lo más rápido posible. Sin embargo, él no tardó en darse cuenta de que algo andaba mal, pues lo hicieron muy evidente. Por lo tanto, velozmente llamó a sus compañeros de trabajo por un artefacto que poseía y comenzó una breve persecución. Flavia y Noemi
intentaban escapar en el primer avión que lograran encontrar, dispuestas a tomar todo riesgo que sea necesario. Buscaron a su derecha y vieron un avión solitario. Las mujeres intercambiaron miradas cómplices y avanzaron hacia su objetivo. Lo que no se esperaban era que al llegar el vehículo éste ya estuviera ocupado. No obstante, no dejaron que eso las detuviera: una vez que establecían un propósito estarían determinadas hasta lograrlo.
Agarraron al piloto por la remera y lo llevaron hasta la salida. Luego lo empujaron haciendo que rodara por las escaleras. Noemí apartó las gradas y cerró la puerta. Afortunadamente, al subirse pudieron observar hacia atrás y asegurarse de que no había nadie más allí. Sin más que pensar, se acomodaron cada una en su asiento y dieron comienzo al vuelo, despegando más rápido de lo debido. Miraron al suelo una vez que estaban a una altura inalcanzable y al ver al policía maldiciendo comenzaron a reír victoriosas.
Continuaron volando sobre ciudades y mares. No tenían rumbo alguno, solo querían ser libres por fin. Flavia era la que sabía los mandos del avión ya que se había tomado el trabajo de aprender todo lo que necesitaba para manejarlo. Así, atravesaron océanos y tierras cuyos por lo que decidieron dejar los comandos en modo automático para poder descansar.
Sin embargo, antes de que cualquiera de las dos pudiera caer en un sueño profundo, un ruido las alertó. Se escuchaba como si hubiera un grupo de gente gritando al unísono, como si hubiera un concierto en el medio del cielo. Atentas observaron a través del vidrio frontal para averiguar qué era causante de tal alboroto. De pronto sintieron como si el avión hubiera atravesado una ola de fuerza la cual lo envió levemente hacia atrás. Fue en ese momento que se dio a ver una gran nube, con lo que parecían humanos sobre ella. Éstos estaban levantando sus extremidades superiores y sacudiéndolas en el aire. Inmediatamente, las que piloteaban empezaron a hacer todo lo posible para reducir la velocidad del vehículo. Vieron que algunos de los habitantes de ese territorio en frente les señalaban hacia un pedazo de tierra que no tenía nada de infraestructura, solo pasto en separadas partes y algunas grietas en el piso. Sin lugar a duda, hicieron los comandos adecuados para girar hacia este camino y evitando estrellarse, aterrizaron muy abruptamente, generando un gran pozo en el suelo. Las mujeres se levantaron y vieron el avión completamente destrozado al igual que varias de las construcciones de su alrededor de esa rara ciudad ¿Cómo no la habían visto antes? Ni siquiera sabían dónde estaban. Nunca habían escuchado hablar sobre alguna extraña tierra existente flotando en el aire unos cientos metros sobre el océano. Sin embargo, parecía imposible que ningún ser humano la haya visto considerando el gran tamaño que tenía. Se percataron del grupo de gente que las había empezado a rodear y a murmurar entre ellos. Flavia y Noemi no tenían idea de qué era lo que estaba pasando y se preguntaban cómo era que existía tal lugar y que aparentemente una civilización habitaba en él. De pronto, uno de ellos comienza a hablar, sorprendentemente en el mismo idioma que ellas: ¿Está todo bien?”. Asintieron de manera estupefacta, acomodándose en sus lugares. Quedaron sin palabras por el asombro causado por el hecho de que podían entender lo que el otro decía. La gente que había allí parecía muy amigable y comprensiva y hablaban con un tono de amabilidad que calmaba un poco a las amigas, las cuales debido a los recientes eventos sentían bastante confusión. “Entonces, ¿Quiénes son ustedes y cómo terminaron en nuestra nación?” fue lo siguiente que escucharon. Flavia se volteó para ver cara a cara a Noemi dudando en si debería ser totalmente honesta en lo que dijera a continuación para luego empezar a narrar: “En realidad, nosotras venimos de allá abajo” dijo señalando con su dedo
índice. “Estábamos haciendo una prueba de este nuevo tipo de motor, hasta que nos cruzamos con este extraño lugar. Ni siquiera sabíamos que existía, nunca-” no pudo terminar su oración ya que fue interrumpida. “Nadie sabe sobre nosotros porque no queremos que lo hagan. No tenemos interés en aparecer en sus mapas ni que los que poseen poder invadan nuestra tierra para robar nuestros recursos. Después de todo, esa es una de las razones por las que estamos alejados, la cual marcó a muchos de los nuestros que hicieron que se transmitiera el mensaje de generación en generación: el peligro acecha allá abajo”. Otro habitante siguió contando “Los dioses nos brindaron una especial protección luego de la gran catástrofe”, pausó para largar un suspiro con una mirada entristecida, “Nos permiten ser invisibles ante el resto del mundo. Todo ser que se encuentre a más de un kilómetro de aquí verá un vacío en nuestro lugar, como si fuese un tramo más de cielo. Así ha sido desde que tenemos memoria. Sin embargo, la gran sabia y alabada Mortatopo nos ha contado este pasado que nuestros ancestros han tenido que vivir”. A las dos extranjeras se les hacía complicado entender completamente toda la información que se les estaba brindando. Noemi intervino y habló por primera vez con un tono impaciente: “¿Cuál es esta gran catástrofe de la que hablan?”. Otro de los ciudadanos fue el que tomó la palabra en ese momento. “Es una larga historia, tendríamos que remontar a los principios de la nación”, y tomando un gran respiro empezó a narrar: “Hace unos cuantos siglos, este lugar no era como lo ven ahora, pues solía ser una isla más de las incontables que hay en el océano Atlántico. Así fue por los primeros mil años de existencia de nuestro pueblo. Sin embargo, conforme pasaba el tiempo, cada vez más barcos
navegaban por la zona y nuestra civilización se veía en riesgo: no querían invasores ni mucho menos una conquista. Pero el evento principal que cambió toda la forma de vida fue cuando un avión, justo como el suyo, se descompuso a medio camino y lamentablemente se estrelló con una parte del territorio, derrumbando todo lo que se interpusiera con él en el derrape que
realizó en el momento del impacto. Fue esa tragedia lo que llevó a los dioses a tomar acción. Idearon el plan de elevar la isla para que estuviera suspendida en el cielo y se comunicaron con la reina, Mortatopo, la única persona que tenía la capacidad de conectar ambos mundos, el de los seres inmortales y el de acá en la tierra. Como ella tenía -y sigue teniendo- un rol tan importante, los mismos dioses le han concedido una vida infinita en años. La manera en que
se llevó a cabo el ascenso de la isla es desconocida por nosotros, los ciudadanos, pues es un secreto que la reina guarda con los ideadores. Aunque ya no tuviéramos al resto del mundo junto a nosotros como amenaza y tuviéramos protección de los dioses, el daño provocado por el choque había causado la destrucción de más de la mitad de la isla. Mortatopo ante estos hechos se vio forzada a comenzar una reconstrucción de todo lo dañado. Cada edificio fue derrumbado, para después poder ordenadamente volver a armarlos uno por uno. Levantamos las paredes para nuestros nuevos hogares e hicimos que sean rectas y altas. Tratamos de hacerlo ordenado y que captará nuestra esencia como sociedad. Todo lo que la reina ordenaba que se tenía que hacer, los habitantes juntos la obedecían, siguiendo los pasos al pie de la letra. Claramente, no habría sido posible sin la ayuda de nuestros grandes dioses, quienes son los que nos proveen con todos los recursos que necesitamos, a través de la reina. No obstante, el pedazo de tierra en donde había quedado el avión estrellado se dejó vacío por una cuestión de memoria a lo sucedido, además del hecho de que estaba demasiado arruinado como para remodelarlo. Esa promesa se mantuvo hasta el presente, pero hoy ocurrió otra desgracia, que volverá a marcar la historia de nuestra existencia como sociedad”. Flavia y Noemi tenían un sentimiento de culpa, pero hicieron un gesto con la cabeza hacia el hombre que hablaba para indicarle que seguían escuchando con atención. “Afortunadamente, como nuestra sabia Mortatopo pudo visualizar su avión a la distancia dirigiéndose hacia acá, inmediatamente convocó a todo el pueblo, para avisarnos y ordenarnos que intentáramos llamarles la atención y desviar su rumbo. No funcionó del todo, pero sí logramos que solamente impactaran contra aquel tramo de tierra que dejamos vacío intencionalmente, por lo que ningún daño mayor fue causado”.
Las dos mujeres, luego de oír toda la historia, se alejaron un poco de la multitud para hablar a solas. Una de ellas comenzó: “Realmente me hicieron sentir responsable de esto, se ven muy generosos y educados a pesar de que una vez más su hogar sufrió una destrucción y encima por culpa nuestra”. Entonces Flavia asintió con su cabeza comprendiendo las palabras de su colega y le contestó proponiendo una idea: “Deberíamos pedirles perdón y pedirles hospitalidad para quedarnos acá y ayudarlos a remediar nuestro daño. De todos modos, no tenemos lugar a donde ir y, aunque ellos no lo saben, la policía nos debe estar buscando por el avión que robamos para escaparnos de nuestro país. No solo les ayudaríamos a ellos sino que saldríamos muy beneficiadas nosotras, Noemi”. Se pusieron de acuerdo y decidieron que ese plan era una gran oportunidad, por lo tanto se dieron la vuelta para volver a conversar con los habitantes de lo que solía ser una isla. Luego de proponerles su idea, las extraviadas siguieron a unos hombres que les dijeron que las llevarían a hablar con Mortatopo, para pedirle que las reciba. Cuando arribaron vieron un enorme templo que resaltaba de toda la demás infraestructura, ya que a diferencia de ella, cuyas esquinas eran todas puntiagudas y de noventa grados, estaba todo redondeado. Una vez que entraron pudieron observar un gran pasillo con salidas a varias salas una al lado de la otra, y al final de este una gran habitación en donde lo único que había era un trono. Sentada allí se encontraba la reina de la que tanto habían escuchado. Al hacer contacto visual con ella Flavia y Noemi hicieron una pequeña reverencia y con un tono respetuoso la saludaron. Ambas creían que iba a ser dificultoso que las aceptaran en su nación, pero ni bien le hicieron el pedido, ella estuvo de acuerdo y les agradeció simpáticamente por su aporte al lugar. Así, las dos extranjeras empezaron un nuevo capítulo de sus vidas en aquel pedazo de tierra flotante.
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